martes, 8 de julio de 2014

APRENDAMOS A CUIDAR NUESTRO ECOSISTEMA

La pregunta que nos debemos hacer ahora es ¿Cómo cuidar el ecosistema?


 Algunos de los cuidados o acciones que debemos hacer son:


1.      No talar los bosques, pero si cortamos algún árbol debemos cortar el más antiguo y sembrar varios en su lugar, para evitar que no se extingan.


2.      Evitar que los animales sean cazados indiscriminadamente.
















3.      Cuidar el agua. No dejar abierta ninguna llave ni permitir que gotee.





4.      Reciclar plásticos y papeles.




5.      Reutilizar las bolsas y envases de vidrio y plástico, aunque es preferible utilizar bolsas de papel o cualquier otro material biodegradable.


6.      Utilizar bombillas o focos ahorradores.



7.      Evitar arrojar basura en el suelo y el agua.














SAN PEDRO Y SANTA CATALINA


Existe un camino que se dirige a Talavera de la Reyna hacia Pischo, de ahí a Ocobamba. En ese lugar podemos encontrar dos cerros, los cuales se miran el uno al otro a una larga distancia. Uno se llama San Pedro y el otro Santa Catalina. Es cuando hay tiempos de frío en que se llaman el uno al otro: ¡San Pedroooooooooo!, ¡Santa Catalinaaaaaaaaa! Ambos se devuelven el llamado. Aquellos sonidos ocurren en el mes de junio, en noches de luna llena. El sonido es nítido: ¡San Pedroooooo, puñushkankiñachuuuuu!, ¡San Pedroooooo, ¿puedes darme un salto?! Aquel salto al que se refiere es que Santa Catalina quiere dormir con San Pedro. Los pobladores al escuchar aquellos sonidos se asustan.



Los pobladores tienen una creencia muy marcada. Para el año 2020 los cerros se juntarían y destruirán toda la comunidad de Uchuhuancaray, Ranrapata, Pischo y otros alrededores.










APACHETAS

En alguna clase en el colegio  me hablaron acerca de las apachetas. Bueno, como todo conocimiento nuevo merece ser compartido, hoy quiero contarles acerca de ellas y por qué cuando van a zonas de la sierra, tienen que tenerles respeto y no andar destruyéndolas ni coleccionando las piedritas que las conforman.
Las Apachetas son montículo  que se forman con piedrecillas en los distintos caminos. Por lo general aquellas tienen la forma de pirámides que, curiosamente, son condensadores naturales de energía cósmica, aunque ese no es el motivo de su forma en el mundo andino.
Estas Apachetas se colocan, por lo general en los caminos, aunque en sí, más específicamente, es común hallarlas en las afueras de los pueblos y son dejadas allí por los  mismos pobladores que por uno y otro motivo tienen que partir (temporal o radicalmente) lejos de su hogar. En ese sentido la Apacheta sirve como una suerte de tributo al wamani o cerro que protegerá al viajero durante su travesía lejos de su tierra y por ende de su Apu protector.

Como se ve las apachetas presentan en sí un amplio contenido místico y ritual y encierran en sí mismas parte de las costumbres y la cosmovisión andina. Destruir una Apacheta sería volver a la época de extirpación de idolatrías que se viviera durante la Colonia, cuando los curas de aquel entonces imponían cruces sobre estos montículos. Todavía hoy, de hecho es posible observar antiguas cruces sobre más antiguas apachetas, ocasionándose un peculiar tipo de sincretismo, ya que, al orador el poblador andino ante la cruz no solo ora al Señor Jesús crucificado, sino también al Apu (o señor de los Cerros), a quien fue ofrecida esta ofrenda.

MIRANDO POR UN AGUJERO

Fue hace muchos años, cuando era pequeña y jugaba con mis primos en la chacra, al lado de la casa del abuelo. Las chacras de Ica son grandes, y las casas de las familias, no están tan cerca. La pampa también es grande. Ese día, jugábamos a las chapadas y escondidas, una mezcla de los dos juegos cuando de repente, se me ocurrió esconderme detrás de una especie de depósito que había en la chacra. Uno de esos depósitos de adobe que parecen un cuartito pequeño. El cuartito tenía todas las puertas y ventanas cerradas, con candados, como si se guardara algo muy importante, o peligroso dentro.
Mi curiosidad, me distrajo un momento del juego, y quise ver qué había adentro de ese depósito. Noté que había un agujero en uno de los ladrillos de adobe y me empiné para ver. Dentro había un hombre, o lo que parecía un hombre muy raro, al que se lo veía la cara, y de repente vi sus mano huesudas acercándose, estiradas hacia ese agujerito por donde yo miraba. El miedo me paralizó, pero seguí mirando hasta que pude ver uno ojos que asustaban y que parecían se muerto, y sali corriendo desde la chacra hasta la casa del abuelo, y no paré hasta esconderme debajo de unas mantas.
Los que jugaban conmigo, vinieron tras de mí, y los mayores también. Cuando me preguntaron qué pasó, solo dije que había un hombre dentro de la casa, que quería atraparme. Todos fueron a ver, quitaron los candados de la casa, pero no había nadie. Años más tarde, la casa se cayó con el terremoto de Ica, me pregunto si el hombre que vi y que no estaba allí habrá desaparecido con la casa, o estará penando por la chacra.


EL CUARTO MANDAMIENTO

"Honra a tu padre y a tu madre" (Ex 20, 12)

Parricidio, una palabra que nos confunde y perturba al escucharla. No entendemos por qué existe y aun por qué debemos escucharla en los noticieros, leerla en los diarios, mencionarla  con la vecina o con los amigos. Lo que entendemos es que la palabra contiene y define los sentimientos más oscuros que puede tener un hijo hacía sus padres, un hermano hacia sus parientes más cercanos. La Real Academia Española(RAE) define esta palabra de la siguiente manera "Muerte dada a un pariente próximo, especialmente al padre o la madre". Una descripción fría como las declaraciones de un joven que sin remordimiento mató a su madre y que ahora se encuentra solo afrontando la carga policial, social y psicológica.
Marco Gabriel Arenas Castillo, un joven de 22 años reconstruyó el escalofriante crimen cometido el pasado 5 de noviembre.  Sin remordimiento por lo ocurrido repitió ante un fiscal cómo mató a su madre. Él no estaba solo, Fernanda Lora Paz, su enamorada lo acompañaba y juntos maquinaron desaparecer el cuerpo de su madre, María Rosa Castillo. 
El diario La República publicó detalles de la reconstrucción de los hechos de la siguiente manera:  "el muchacho se acerca a su indefensa madre, la mira de frente, la estrecha entre sus brazos y, luego de besarla, le aprieta el cuello hasta matarla". Por otro medio de comunicación se sabe que luego de este episodio los jóvenes llevaron el cuerpo hasta un lugar despoblado en Manchay para calcinarlo.

La muerte de los padres es un hecho que los hijos no queremos experimentar, que solo el pensarlo nos llena de miedo, angustia, soledad y tristeza. Nos enseñan que debemos amar y respetar a los padres, que nada justifica que los maltratemos o tomemos sus vidas. Por ello, noticias como el crimen de María Rosa Castillo trae a discusión dos temas: primero, la relación entre padres e hijos y la importancia de la psicología en los diferentes ámbitos de nuestra sociedad(colegios, hogares, universidades, trabajo, etc).