Fue hace muchos años, cuando era pequeña y jugaba con mis primos
en la chacra, al lado de la casa del abuelo. Las chacras de Ica son grandes, y
las casas de las familias, no están tan cerca. La pampa también es grande. Ese
día, jugábamos a las chapadas y escondidas, una mezcla de los dos juegos cuando
de repente, se me ocurrió esconderme detrás de una especie de depósito que
había en la chacra. Uno de esos depósitos de adobe que parecen un cuartito
pequeño. El cuartito tenía todas las puertas y ventanas cerradas, con candados,
como si se guardara algo muy importante, o peligroso dentro.
Mi curiosidad, me distrajo un momento del juego, y quise ver qué
había adentro de ese depósito. Noté que había un agujero en uno de los
ladrillos de adobe y me empiné para ver. Dentro había un hombre, o lo que
parecía un hombre muy raro, al que se lo veía la cara, y de repente vi sus mano
huesudas acercándose, estiradas hacia ese agujerito por donde yo miraba. El
miedo me paralizó, pero seguí mirando hasta que pude ver uno ojos que asustaban
y que parecían se muerto, y sali corriendo desde la chacra hasta la casa del
abuelo, y no paré hasta esconderme debajo de unas mantas.
Los que jugaban conmigo, vinieron tras de mí, y los mayores
también. Cuando me preguntaron qué pasó, solo dije que había un hombre dentro
de la casa, que quería atraparme. Todos fueron a ver, quitaron los candados de
la casa, pero no había nadie. Años más tarde, la casa se cayó con el terremoto
de Ica, me pregunto si el hombre que vi y que no estaba allí habrá desaparecido
con la casa, o estará penando por la chacra.